Las asociaciones en la industria del control de plagas
Por Luis A. Horny
Definición de gremio: “Se conoce como gremio a la corporación formada por personas que desarrollan una misma profesión, oficio o actividad. Se trata de organizaciones que suelen estar regidas por estatutos especiales y diversas normativas”
Las asociaciones o cámaras empresariales cumplen un rol esencial, y muchas veces determinante en el progreso de los sectores que representan cada una de ellas en sus distintos ámbitos de pertenencia.
Dependiendo de la injerencia o preponderancia en la sociedad, o de la importancia económica que representen para los mercados, o por la capacidad de lobby que detente cada organización, algunas toman un papel más protagónico en los medios de difusión que otras, y por ende en la consideración pública.
Esto se observa claramente con los movimientos sindicales. Algunos, debido a su gran poderío económico (cantidad de afiliados), logran una presencia mediática muy relevante y un poder de fuego determinante para resolver sus planteos ante el gobierno o la patronal. Otros más pequeños, pero con suficiente capacidad de movilización para obtener la tan preciada visibilidad, se hacen presentes a nuestros ojos mediante tácticas más agresivas, como ser piquetes o cortes de servicios para el logro de sus fines, consiguiendo así cumplir con sus objetivos gremiales.
En el caso de las organizaciones empresariales; especialmente las que representan los intereses gremiales (comerciales y profesionales) de las pequeñas o micro empresas, obtener la suficiente visibilidad mediática es mucho más complejo ya que son instituciones que, si bien responden a intereses empresarios, no cuentan con los suficientes recursos económicos ni de movilización para la conformación de un poder de lobby efectivo.
Al no disponer de aportes obligatorios por parte de sus representados, como en cambio sí lo tienen los sindicatos, y de tener muchos menos afiliados o miembros que los sindicatos, estas organizaciones empresariales dependen más del compromiso voluntario y del convencimiento de quienes las conforman.
Y al tratarse de asociaciones representativas de sectores claramente minoritarios en cuanto a lo cuantitativo, difícilmente serán tomados en cuenta por la “mass media” como algo que despierte su particular interés.
Surge entonces con mucha claridad, la necesidad de contar con asociaciones fuertes que puedan generar acciones que permitan posicionar a la actividad MIP en un lugar de prevalencia a partir de claros mensajes a la sociedad en su conjunto, a fin de que se valorice al sector por la verdadera importancia sanitaria que conlleva.
LA INDUSTRIA MIP Y LA LEGISLACIÓN
Esta escasa visibilidad hace que nuestras asociaciones no sean lo suficientemente relevantes para las autoridades gubernamentales, lo que dificulta cualquier gestión que pretenda mejorar la situación normativa del sector.
La falta de una legislación inteligente en todos los niveles (municipal, provincial y nacional) que considere las diversas realidades sanitarias y productivas de los tiempos que corren, respetando las situaciones particulares de cada región de la Argentina, es otro histórico problema a resolver por la industria MIP. También lo es la necesidad de cambiar con urgencia legislaciones obsoletas y contradictorias que dificultan el accionar profesional de las empresas y que incluyen en sus textos conceptos técnicos y sanitarios perimidos.
Lamentablemente, debido a la escasa visibilidad del sector ante los gobiernos, como lo mencionamos más arriba, muchas veces se promulgan leyes, ordenanzas o decretos totalmente nocivos para el desarrollo de las actividades propias de la industria MIP.
Estas legislaciones inconvenientes o perniciosas, a veces son impulsadas por funcionarios que desconocen las características propias del sector, tal vez influidos o asesorados de manera incorrecta, promoviendo situaciones que terminan perjudicando a todos los actores involucrados en la temática, incluso dificultando el logro del supuesto beneficio sanitario o ambiental que supuestamente se pretende propiciar con la norma.
PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD
Sería deseable que la industria MIP en su totalidad: empresas prestadoras de servicios, fabricantes y distribuidores de insumos, y colegios profesionales con incumbencia en la materia, trabajemos juntos para promover una mayor participación de las empresas MIP en el mercado a fin de impulsar el crecimiento de la cadena de valor de todo el sector.
Un campo muy poco aprovechado y que necesita de una mayor participación privada son las campañas de prevención y control de dengue y de desratización de los espacios públicos urbanos, entre otras áreas desatendidas y con necesidades sanitarias y ambientales evidentes.
Para ello, es fundamental una apertura en los criterios que aplican quienes integran las administraciones provinciales y municipales, a fin de que se tome conciencia de los problemas para la calidad de vida de las personas que conlleva la presencia desmedida de plagas y vectores, y que se entienda que contratar con transparencia a empresas privadas, les dará mejores resultados y además una mayor eficiencia en la gestión.
Para que se logren estos y otros objetivos, cada uno de los que participamos de la actividad profesional MIP deberíamos aportar en la medida de nuestras posibilidades a un plan general de desarrollo sectorial, ya que tanto los que prestan servicios, fabrican o distribuyen los insumos y los profesionales que formamos parte de este negocio sanitario y de calidad de vida, estaremos unidos tanto ante en el éxito que logremos entre todos, como en el fracaso o estancamiento del sector, más allá de que a algunos les vaya un poco mejor que a otros.
Basta ver como se considera a la industria del control de plagas en el primer mundo, e inclusive en algunos países vecinos, para darnos cuenta de todo lo que podríamos crecer si obráramos con inteligencia sectorial y sentido de pertenencia gremial.
Participar y fortalecer a las instituciones del sector es fundamental para quienes pretendemos formar parte de una industria de servicios de manejo integral de plagas y vectores reconocida por la sociedad, y cada vez con mayores posibilidades de desarrollo profesional y comercial.