Mis mejores maestros: mis colegas
Por Luis A. Horny -Presidente CAEMIP – Santa Fe
Hace 35 años que me dedico a este fascinante negocio del control de plagas.
Comencé como muchos. Buscando un camino que me permitiera desarrollarme en una actividad que me diera sustento económico, que tuviera alguna relación con mis estudios de química, y que no necesitara de demasiada inversión para iniciarme en ella. Luego vino la búsqueda del conocimiento básico para poder ofrecer soluciones adecuadas a los problemas de plagas de quienes me contrataran.
Con los años me llegó la pasión por esta profesión y, con la aparición de los primeros eventos de capacitación en los inicios de la década de los noventa a cargo de las empresas líderes fabricantes de plaguicidas (que no había tantas), se dio el acceso a un mayor conocimiento y al descubrimiento de nuevas posibilidades de crecimiento profesional y comercial.
No había cámaras ni asociaciones consolidadas en el sector. Al menos en la Argentina. Recién comenzaba un incipiente desarrollo institucional en Buenos Aires (CAECPLA- CEDDA) y en Rosario (CAESAR), las que se enfocaban en el desarrollo sectorial a partir del conocimiento técnico, la ética comercial y mejores herramientas legislativas que dieran una marco adecuado a la actividad.
Esta movida institucional daría excelentes frutos en unos pocos años, dando nacimiento a la Federación de Cámaras de Empresas de Control de Plagas Urbanas (FACECPU). A partir de allí se inició una prolífica generación de eventos de capacitación y encuentros de la industria del control de plagas por aquellos años, siempre con el apoyo de las principales empresas productoras y distribuidoras de insumos.
Pudimos entonces descubrir que nuestro sector era mucho más heterogéneo de lo que pensábamos, y que las necesidades institucionales y de acceso al conocimiento también eran muy importantes.
Pero dejando para más adelante la historia institucional de nuestra industria, quiero enfocarme en mis aprendizajes a lo largo de estos últimos 30 años en los que he tenido la fortuna de participar en innumerables talleres, cursos y disertaciones de altísimo nivel (muchas de ellas), e inclusive habiendo colaborado en la organización de numerosos eventos.
Durante todos estos años, he podido conocer a cientos de colegas de Argentina y de otras latitudes. De cada uno de ellos he aprendido algo. De algunos, temas vinculados al control de plagas específicamente. De otros, cuestiones empresariales que me ayudaron a crecer en los negocios.
Cada encuentro con otro colega, ha sido siempre un motivo de enriquecimiento intelectual y espiritual.
También debo mencionar a la cantidad de colegas con los que con el tiempo nos terminó uniendo una amistad que por suerte pude continuar con los años.
Hoy tenemos acceso a una serie de tecnologías increíbles, que nos permiten aprender o afianzar conocimientos a distancia. Algunas empresas productoras de insumos están muy comprometidas con ello. Esto es muy bueno y hay que aprovecharlo.
Pero la pertenencia a las asociaciones del sector y un mayor compromiso con ellas, es el mejor camino para crecer individual y colectivamente.
Compartir experiencias con otros colegas es un mecanismo maravilloso de aprendizaje que quienes no están integrados a ninguna cámara o asociación del sector se pierden, tal vez pensando que cada uno de nosotros somos poseedores de los máximos secretos para el control de plagas y los negocios; y que si los compartimos vamos a otorgarle alguna ventaja a la competencia.
Esto no es así. Puedo dar testimonio que nunca aprendí tanto como a través del generoso intercambio con mis colegas y referentes del sector.
Habiendo tenido la suerte de conocer y aprender de excelentes científicos y profesionales vinculados a nuestra industria de control de plagas; escuchando atentamente sus consejos y enseñanzas técnicas; hoy puedo afirmar que algunos de mis mejores maestros han sido mis colegas.
Yo aprendo de ellos. Y a lo mejor, sin darme cuenta, puedo transmitir alguna experiencia profesional o de negocios a otro colega que le sirva para mejorar su perspectiva.
Lo que sí estoy seguro; es que en el seno de las instituciones y en los encuentros (ahora virtuales) con nuestros colegas, podremos encontrar los mejores caminos para el desarrollo de nuestra industria.
Para defender nuestros intereses, es fundamental que nos integremos a las asociaciones o cámaras empresariales que mejor nos representen.
Solo así haremos posible un sector estructurado y con fuerza gremial para mejorar las condiciones profesionales, comerciales y legislativas que nos preocupan.